La fractura de la autonomía estatal y la pérdida de soberanía alimentaria en los países latinoamericanos : : el caso de México

Se intenta demostrar que el dominio alimentario de Estados Unidos se finca en el hecho de que, los gobiernos de los países latinoamericanos han perdido el control sobre los precios internos de los alimentos, con lo cual se ha impuesto el interés de las grandes corporaciones alimentarias en detrimento de los productores rurales y de la calidad alimentaria de la población. El poder alimentario de Estados Unidos emana, por tanto, del control que ejerce sobre los precios internacionales de los bienes básicos. A través de generar una sobreproducción artificial sustentada en la distribución de elevados subsidios internos, dicho país provoca el declive estructural de los precios de los bienes básicos, los cuales se imponen al resto de los países como referente universal. Mediante esta estrategia, Estados Unidos impone su producción alimentaria en beneficio de las grandes empresas transnacionales, tanto las que transforman los bienes agropecuarios en alimentos elaborados, las que comercializan los insumos agropecuarios y las que producen y venden el paquete tecnológico para la producción rural.

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Detalhes bibliográficos
Autor principal: Rubio, Blanca
Assuntos:AMERICA LATINA, INDEPENDENCIA, MEXICO, SOBERANIA,
Acesso em linha:http://localhost:8080/greenstone3/library/collection/todo/document/riea_v19_n1_05
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Resumo:Se intenta demostrar que el dominio alimentario de Estados Unidos se finca en el hecho de que, los gobiernos de los países latinoamericanos han perdido el control sobre los precios internos de los alimentos, con lo cual se ha impuesto el interés de las grandes corporaciones alimentarias en detrimento de los productores rurales y de la calidad alimentaria de la población. El poder alimentario de Estados Unidos emana, por tanto, del control que ejerce sobre los precios internacionales de los bienes básicos. A través de generar una sobreproducción artificial sustentada en la distribución de elevados subsidios internos, dicho país provoca el declive estructural de los precios de los bienes básicos, los cuales se imponen al resto de los países como referente universal. Mediante esta estrategia, Estados Unidos impone su producción alimentaria en beneficio de las grandes empresas transnacionales, tanto las que transforman los bienes agropecuarios en alimentos elaborados, las que comercializan los insumos agropecuarios y las que producen y venden el paquete tecnológico para la producción rural.