Conservación de las últimas fronteras forestales de la guayana venezolana: Propuesta de lineamientos para la cuenca del río caura

Venezuela contiene una fracción importante de los ecosistemas más amenazados a nivel mundial y una extensa superficie de áreas naturales en condición prístina, la mayoría de las cuales corresponde a ecosistemas boscosos considerados como las últimas fronteras forestales del mundo tropical. Muchas de estas áreas presentan conflictos sociales y ambientales, además de estar incorporadas a figuras administrativas que contemplan la extracción de recursos o la ejecución de proyectos de desarrollo a gran escala. La cuenca del río Caura, en la Guayana Venezolana, es una de las fronteras forestales de mayor relevancia a nivel mundial, por su extensión (45336km2), altos niveles de diversidad biológica y la presencia de una fracción significativa de la población indígena de Venezuela. La mayor parte de su territorio corresponde a unidades de ordenamiento pertenecientes al conjunto de Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE). De ellas, la Reserva Forestal El Caura (decretada con fines productores de maderas) y el Monumento Natural Sierra de Maigualida (destinado a la protección estricta de ecosistemas y bellezas escénicas) ocupan la mayor superficie, además de presentar un alto grado de solapamiento e incompatibilidad en sus objetivos. Por otra parte, ambas figuras, así como el resto de las ABRAE existentes en la región, carecen de planes de manejo y otros instrumentos que promuevan su conservación, además de coincidir con los territorios tradicionales de la población indígena. El uso de la tierra en la cuenca está asociado principalmente con la agricultura de conuco, la ganadería extensiva, el establecimiento de plantaciones forestales, el desarrollo de centros poblados y la presencia de comunidades indígenas. Además, para el área han sido propuestas diversas iniciativas de desarrollo a gran escala. Entre las oportunidades para la conservación de la cuenca del río Caura resaltan su extensión, la condición prístina de sus ecosistemas, la disponibilidad de información básica, la aceptación social y los programas adelantados para la integración de alianzas institucionales. Cualquier estrategia de conservación a largo plazo de esta región debe ser abordada sobre la base de: 1) protección y manejo de los recursos naturales; 2) inventario y caracterización de la diversidad biológica; 3) restauración de hábitats y ecosistemas; 4) desarrollo de liderazgos y voluntad política que promuevan el diálogo y la participación de los diferentes actores; 5) educación y capacitación del poblador local; y 6) identificación del balance entre la conservación y el desarrollo, en función de las realidades ecológicas de la región.

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Bibliographic Details
Main Authors: Bevilacqua,Mariapía, Ochoa G,José
Format: Digital revista
Language:Spanish / Castilian
Published: ASOCIACIÓN INTERCIENCIA 2001
Online Access:http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0378-18442001001000012
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Summary:Venezuela contiene una fracción importante de los ecosistemas más amenazados a nivel mundial y una extensa superficie de áreas naturales en condición prístina, la mayoría de las cuales corresponde a ecosistemas boscosos considerados como las últimas fronteras forestales del mundo tropical. Muchas de estas áreas presentan conflictos sociales y ambientales, además de estar incorporadas a figuras administrativas que contemplan la extracción de recursos o la ejecución de proyectos de desarrollo a gran escala. La cuenca del río Caura, en la Guayana Venezolana, es una de las fronteras forestales de mayor relevancia a nivel mundial, por su extensión (45336km2), altos niveles de diversidad biológica y la presencia de una fracción significativa de la población indígena de Venezuela. La mayor parte de su territorio corresponde a unidades de ordenamiento pertenecientes al conjunto de Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE). De ellas, la Reserva Forestal El Caura (decretada con fines productores de maderas) y el Monumento Natural Sierra de Maigualida (destinado a la protección estricta de ecosistemas y bellezas escénicas) ocupan la mayor superficie, además de presentar un alto grado de solapamiento e incompatibilidad en sus objetivos. Por otra parte, ambas figuras, así como el resto de las ABRAE existentes en la región, carecen de planes de manejo y otros instrumentos que promuevan su conservación, además de coincidir con los territorios tradicionales de la población indígena. El uso de la tierra en la cuenca está asociado principalmente con la agricultura de conuco, la ganadería extensiva, el establecimiento de plantaciones forestales, el desarrollo de centros poblados y la presencia de comunidades indígenas. Además, para el área han sido propuestas diversas iniciativas de desarrollo a gran escala. Entre las oportunidades para la conservación de la cuenca del río Caura resaltan su extensión, la condición prístina de sus ecosistemas, la disponibilidad de información básica, la aceptación social y los programas adelantados para la integración de alianzas institucionales. Cualquier estrategia de conservación a largo plazo de esta región debe ser abordada sobre la base de: 1) protección y manejo de los recursos naturales; 2) inventario y caracterización de la diversidad biológica; 3) restauración de hábitats y ecosistemas; 4) desarrollo de liderazgos y voluntad política que promuevan el diálogo y la participación de los diferentes actores; 5) educación y capacitación del poblador local; y 6) identificación del balance entre la conservación y el desarrollo, en función de las realidades ecológicas de la región.