Circulación y apropiación de saberes mineros entre América y Europa: Los arbitrios del capitán Martín de Ocampo, 1605-1625

Resumen El objetivo de este artículo es analizar la forma como circularon los saberes mineros entre América y Europa. Se tomará como ejemplo los arbitrios que elaboró el capitán Martín de Ocampo (Badajoz, ca. 1550 – Santafé de Bogotá, 1651) para explotar y mejorar el rendimiento de las minas de mercurio, de plata y de oro ubicadas en España, en el Perú y en el Nuevo Reino de Granada. Ocampo fue un mediador entre los mineros locales y los oficiales de la Corona que supo aprovechar su experiencia como conquistador y minero en diferentes regiones de la Monarquía Católica para transferir el conocimiento empírico y servir como conector de los saberes mineralógicos que circulaban entre el Nuevo y el Viejo Mundo. Su trayectoria demuestra que, no siempre, el conocimiento se desplazó en la dirección Europa-América, sino que, por el contrario, desde muy temprano el Nuevo Mundo se convirtió en un espacio en donde se desarrollaron nuevas técnicas mineras y perfeccionaron otras que se utilizaban a ambos lados del océano Atlántico.

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: MONTOYA GUZMÁN,Juan David
Formato: Digital revista
Idioma:Spanish / Castilian
Publicado: Pós-Graduação em História, Faculdade de Filosofia e Ciências Humanas, Universidade Federal de Minas Gerais 2022
Acceso en línea:http://old.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0104-87752022000300791
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Descripción
Sumario:Resumen El objetivo de este artículo es analizar la forma como circularon los saberes mineros entre América y Europa. Se tomará como ejemplo los arbitrios que elaboró el capitán Martín de Ocampo (Badajoz, ca. 1550 – Santafé de Bogotá, 1651) para explotar y mejorar el rendimiento de las minas de mercurio, de plata y de oro ubicadas en España, en el Perú y en el Nuevo Reino de Granada. Ocampo fue un mediador entre los mineros locales y los oficiales de la Corona que supo aprovechar su experiencia como conquistador y minero en diferentes regiones de la Monarquía Católica para transferir el conocimiento empírico y servir como conector de los saberes mineralógicos que circulaban entre el Nuevo y el Viejo Mundo. Su trayectoria demuestra que, no siempre, el conocimiento se desplazó en la dirección Europa-América, sino que, por el contrario, desde muy temprano el Nuevo Mundo se convirtió en un espacio en donde se desarrollaron nuevas técnicas mineras y perfeccionaron otras que se utilizaban a ambos lados del océano Atlántico.