Puntos débiles en la espiritualidad del catequista

Introducción: Desde los catorce hasta los dieciocho años fui catequista de iniciación. Luego nunca dejé de ser catequista. También cuando era párroco, yo mismo daba catequesis a los niños y jóvenes más “difíciles”, que podían obstaculizar la tarea normal de los catequistas. Más allá de lo cuestionable de esa opción, creo que refleja que no quería privarme del gozo de la catequesis. Ahora prefiero ejercer este ministerio en la predicación, respetando el carisma de los laicos catequistas. Desde esta experiencia personal, más que desde mi función de teólogo, quisiera plantearles una cuestión que siempre me ha preocupado y donde me parece que todavía tenemos que crecer mucho. Lamentablemente, cuando se habla de la espiritualidad del catequista suele decirse lo mismo que podría afirmarse de un sacerdote, una religiosa o un monje. Porque se sostiene que la espiritualidad del catequista está integrada por la oración personal, la lectura de la Biblia, la Eucaristía, y suele agregarse la Liturgia de las Horas. De este modo no se habla de una espiritualidad específica del catequista, ni siquiera de una espiritualidad, sino sólo de algunos medios de espiritualidad.

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Bibliographic Details
Main Author: Fernández, Víctor Manuel
Format: Artículo biblioteca
Language:spa
Published: La Revista 2001
Subjects:CATEQUESIS, DIALOGO, CULTURA, TEOLOGIA PASTORAL, ESPIRITUALIDAD,
Online Access:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/7859
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