Tratamiento del dolor en la artritis reumatoide fundamentado en medicina basada en la evidencia

El objetivo ha sido la elaboración de un documento eminentemente práctico, basado en la evidencia científica disponible de mayor relevancia, que permita a los clínicos adoptar técnicas diagnósticas y medidas terapéuticas eficaces, en la Artritis Reumatoide (AR), adecuadamente fundamentadas. Se ha realizado una búsqueda sistemática en Internet, utilizando el término "rheumatoid arthritis" y "artritis reumatoide", en los diferentes grupos de elaboración y almacenamiento de guías de práctica clínica: National Guideline Clearinghouse http://www.guideline.gov/compare/compare.aspx, CMA infobase, Primary Care Clinical Practice Guidelines y Fisterra -Directorio de Guías Clínicas en Español-. Se han revisado guías de práctica clínica (GPC) basadas en la evidencia, meta-análisis y artículos de mayor relevancia. La Artritis Reumatoide (AR) es una poliartritis inflamatoria de origen desconocido, suele afectar a las articulaciones periféricas, con una distribución simétrica. Afecta a la capacidad funcional y de trabajo e incrementa la mortalidad. La clínica habitual son artralgias, rigidez de predominio matutino, cansancio, pérdida de peso y febrícula. Se considera que hay AR si se cumplen 4 de los siguientes 7 criterios (American Rheumatism Association 1987): rigidez matutina, artritis en 3 o más articulaciones, artritis en las articulaciones de la mano, artritis simétrica, nódulos reumatoideos, factor reumatoide sérico y cambios radiológicos. Son fundamentales las medidas integrales, tratamiento multidisciplinario y terapia ocupacional nivel de evidencia (NE) I. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son efectivos recomendación (R) B. El tramadol y los opioides mayores se pueden asociar a AINE cuando el dolor no ha sido eficazmente controlado (R B). Actualmente se recomienda iniciar el tratamiento con un agente modificador de la enfermedad (AME): hidroxicloroquina, sulfasalazina, metotrexato, etanercept, sulfasalazina, ciclosporina, sales de oro, azatioprina, infliximab, leflunomida y ciclofosfamida. La combinación de uno o más son eficaces y no más tóxicos que por separado. Los glucocorticoides a dosis bajas disminuyen la evolución del daño articular, no deben ser recomendados de rutina (R B). La infiltración articular con corticoides puede ser útil en el tratamiento de la AR. Se utiliza concomitantemente la administración de calcio, vitamina D y bifosfonatos (R B). El tratamiento quirúrgico está indicado cuando el dolor no mejora con medidas médicas y hay pérdida de función. Entre las complicaciones de la AR se encuentran: síndrome del túnel del carpo, vasculitis reumatoide, ataque de la región cervical y artritis séptica. No se deben olvidar las medidas nutricionales, terapia ocupacional (NE I), ejercicios, protección de las articulaciones y psicoterapia (NE I).

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Bibliographic Details
Main Authors: Neira,F., Ortega,J. L.
Format: Digital revista
Language:Spanish / Castilian
Published: Inspira Network Group, S.L 2006
Online Access:http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462006000800008
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