Manejo sanitario de la huerta: Salud y enfermedad ¿dos caras de la misma moneda?

La sanidad de una huerta es un tema muy complejo que pone en juego todos los contenidos presentados en los capítulos anteriores, puesto que de ella depende que alcancemos los objetivos que nos planteamos. En parte, esta complejidad también se manifiesta en el uso de los propios términos. Por ejemplo, según el diccionario, la palabra “sanidad” hace referencia a la “calidad de sano” entendido como aquél que “goza de buena salud” o el que está “exento de enfermedad”. Nos queda preguntar: ¿qué es gozar de buena salud? O, en su defecto, ¿qué entendemos por enfermedad? Estas preguntas requieren un largo debate filosófico que no pretendemos resolver en este capítulo. Sí podemos decir que tanto “salud” como “enfermedad” son términos interdependientes y su definición es relativa. Para algunas corrientes de la medicina, el término salud no significa solamente ausencia de enfermedad. Hemos llegado a considerar nuestro cuerpo como una serie de partes fragmentadas y a nosotros mismos como seres separados y diferentes de nuestro entorno. Nos enfrentamos a las dolencias de nuestro cuerpo como simples síntomas físicos y tratamos de curarlas con tratamientos que sólo atienden a las manifestaciones físicas de las afecciones. Sin embargo, la salud tiene que ver con nuestro estado emocional y con nuestro entorno inmediato por lo tanto para restaurar el equilibrio tenemos que estar atentos a todas estas variables. De la misma manera que ocurre en la medicina tradicional, la agricultura industrial concibe al agroecosistema como la suma de partes fragmentadas (suelo, plantas, agua, nutrientes) y pone el centro de atención en lograr la producción de poblaciones homogéneas (monocultivos o producciones animales intensivas) con alto rendimiento a nivel económico. En esta concepción, la misma simplificación del sistema provoca la aparición de individuos comúnmente llamados “malezas”, “plagas” y/o “enfermedades” que se eliminan con la aplicación de agrotóxicos. En cambio, el modelo agroecológico aboga por mantener la diversidad de individuos y la complejidad del agroecosistema imitando las características de un ecosistema natural y, al mismo tiempo, buscando mantener una cosecha deseable. Este modelo propone rescatar los principios biológicos ya conocidos, que sostienen que todo escosistema tiende a buscar equilibrios dinámicos. También reconoce que los seres humanos, como parte del sistema, tenemos la capacidad de influir de forma determinante en estos equilibrios. Sobre estos aspectos nos proponemos ahondar en el resto del capítulo. Vale una aclaración: hemos decidido seguir utilizando las palabras salud, enfermedad, manejo y problemas sanitarios, entre otras aunque tengan muchas acepciones, porque se encuentran ancladas en el lenguaje común… sin embargo, las utilizaremos entre comillas, para recordar que son expresiones que necesitan ser desnaturalizadas, repensadas, redefinidas, puesto que con el sentido que se usan habitualmente remiten a un modelo de producción agrícola específico, el industrial. Desde nuestra concepción, salud y enfermedad son estados interdependientes, e inherentes a la vida, son dos caras de la misma moneda y desde ahí proponemos encarar las acciones de manejo en el agroecosistema.

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Bibliographic Details
Main Authors: Barrientos, María Eugenia, Gallardo Araya, Nela Lena, Moya, Mariana, Quiroga, Julieta, Souza Casadinho, Javier, Vasquez, Pablo Antonio
Format: info:ar-repo/semantics/parte de libro biblioteca
Language:spa
Published: Programa de Extensión Universitaria en Huertas Escolares y Comunitarias, FAUBA 2014
Subjects:Enfermedades de las Plantas, Plagas de Plantas, Horticultura, Plant Diseases, Plant Pests, Horticulture, Manejo Sanitario, Huerta, Cultivos Hortícolas, Sanitary Management, Vegetable Garden, Horticultural Crops,
Online Access:http://hdl.handle.net/20.500.12123/14925
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