Cólicos (torzón)

Primeros tratamientosAunque el cólico empiece con síntomas no bien marcados, o poco fuertes, debe considerarse como cosa grave y, por consiguiente, el veterinario debe ser avisado sin demora, para evitar el peligro de que llegue demasiado tarde.Mientras llega el veterinario, se aplicarán al animal los siguientes tratamientos de urgencia: Impedir, ante todo, por todos los medios posibles, que el animal se acueste, pues casi siempre los caballos enfermos de cólico se acuestan de manera violenta, lo cual puede producir la ruptura del estómago o de los intestinos. Cuando el animal se halla acostado, es conveniente no dejar que éste se revuelque sobre sí mismo, para evitar torsiones y desplazamientos del intestino, circunstancias que pueden determinar en la mayoría de los casos la muerte del animal. Para evitar que el animal se acueste se hará caminar despacio, sin dejarlo trotar ni galopar; pues mientras el movimiento moderado aumenta el movimiento de los intestinos y facilita las evacuaciones, el ejercicio violento puede ocasionar graves consecuencias.

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Detalhes bibliográficos
Autor principal: Revista de, Medicina Veterinaria y Zootecnia
Formato: Digital revista
Idioma:spa
Publicado em: Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá - Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia 1930
Acesso em linha:https://revistas.unal.edu.co/index.php/remevez/article/view/51741
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Descrição
Resumo:Primeros tratamientosAunque el cólico empiece con síntomas no bien marcados, o poco fuertes, debe considerarse como cosa grave y, por consiguiente, el veterinario debe ser avisado sin demora, para evitar el peligro de que llegue demasiado tarde.Mientras llega el veterinario, se aplicarán al animal los siguientes tratamientos de urgencia: Impedir, ante todo, por todos los medios posibles, que el animal se acueste, pues casi siempre los caballos enfermos de cólico se acuestan de manera violenta, lo cual puede producir la ruptura del estómago o de los intestinos. Cuando el animal se halla acostado, es conveniente no dejar que éste se revuelque sobre sí mismo, para evitar torsiones y desplazamientos del intestino, circunstancias que pueden determinar en la mayoría de los casos la muerte del animal. Para evitar que el animal se acueste se hará caminar despacio, sin dejarlo trotar ni galopar; pues mientras el movimiento moderado aumenta el movimiento de los intestinos y facilita las evacuaciones, el ejercicio violento puede ocasionar graves consecuencias.