Los presidentes también duermen

Señor presidente: usted está gobernando una república en buena parte dormida. Y nos atrevemos a decir, sin que esto implique ningún juicio de valor respecto de las decisiones tomadas por su Gobierno, que esta falta de sueño se extiende también a los dirigentes que lo acompañan e incluso, con el debido respeto, a usted mismo. Y, seamos justos, también a la oposición. Tal vez esto le parezca una exageración. Lo invitamos a darse una vuelta de incógnito por una sesión del Honorable Congreso de la Nación. Podríamos apostar nuestro sueldo (reconozcamos que no es una gran apuesta) a que va a encontrar más de un legislador cabeceando o directamente dormido. Quizá le parezca que nuestra afirmación no es tan grave. Lo invitamos a reflexionar juntos acerca de esto último. Entendemos que sus ministros llegan muy temprano a la Casa de Gobierno y se retiran muy tarde. ¿Se preguntó alguna vez si los choferes de sus ministros manejan lo suficientemente despiertos? ¿Sabía usted que un conductor que maneja más de diecisiete horas está tan alerta como un conductor ebrio? En efecto, el nivel de reacción de alguien que estuvo la mayor parte del día despierto es similar al de una persona ebria. Créanos que, si alguna vez sugirió a los pilotos que lo llevan de vuelta a casa en el helicóptero que extiendan su tiempo de disponibilidad por fuera de lo que marcan los reglamentos…, no fue una buena idea...

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Detalles Bibliográficos
Autores principales: Vigo, Daniel Eduardo, Cardinali, Daniel Pedro
Formato: Parte de libro biblioteca
Idioma:spa
spa
Publicado: Siglo Veintiuno Editores 2017
Materias:NEUROCIENCIA, SUEÑO, CEREBRO, RITMO CIRCADIANO, TRASTORNOS DEL SUEÑO,
Acceso en línea:https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/1668
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