El pensamiento indomable
Resumen: 1. La filosofía y las metáforas La experiencia del pensamiento es la experiencia de un exilio y el anhelo de una fuga. Tal parece ser la metáfora de nuestro Occidente antiguo, del griego. Es una metáfora poderosa, una que articula el drama del hombre en un esquema político de pertenencias y migraciones, una que desarticula al hombre mismo en dos dimensiones heterogéneas, nacidas de diversas tierras, y que están destinadas a una imposible reconciliación: la materia y el espíritu. Sin embargo, esa vieja metáfora parece haberse retraído, y el hombre moderno ya no pide a sus padres que le cuenten este tipo de historias para irse a dormir tranquilos. Hoy la idea de una lucha interna entre dos principios esencialmente diferentes parece haber dado lugar a un esquema resolutivo que reduce la dualidad a la unidad de la materia. Esta decisión monista, que suspende la dualidad de los sistemas heterogéneos, afecta también al modo en que comprendemos al pensamiento. Si antes pensar no era lo mismo que hablar o escribir, ahora dicha diferencia ya no es significativa. A decir verdad, tal identidad entre el signo y el pensamiento, entre la escritura y la idea, solo se logra bajo el esquema de la mathesis universalis, bajo el sueño de un lenguaje tan universal y transparente como el pensamiento.
Main Author: | |
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Format: | Artículo biblioteca |
Language: | spa |
Published: |
Universidad del Salvador-Área San Miguel. Facultad de Filosofía. Instituto de Investigaciones Filosóficas
2021
|
Subjects: | METAFORA, FILOSOFIA, PENSAMIENTO FILOSOFICO, LENGUAJE, |
Online Access: | https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/12381 |
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Summary: | Resumen: 1. La filosofía y las metáforas
La experiencia del pensamiento es la experiencia de un exilio y el anhelo de una
fuga. Tal parece ser la metáfora de nuestro Occidente antiguo, del griego. Es una
metáfora poderosa, una que articula el drama del hombre en un esquema político de
pertenencias y migraciones, una que desarticula al hombre mismo en dos
dimensiones heterogéneas, nacidas de diversas tierras, y que están destinadas a una
imposible reconciliación: la materia y el espíritu. Sin embargo, esa vieja metáfora
parece haberse retraído, y el hombre moderno ya no pide a sus padres que le cuenten
este tipo de historias para irse a dormir tranquilos. Hoy la idea de una lucha interna
entre dos principios esencialmente diferentes parece haber dado lugar a un esquema
resolutivo que reduce la dualidad a la unidad de la materia. Esta decisión monista,
que suspende la dualidad de los sistemas heterogéneos, afecta también al modo en
que comprendemos al pensamiento. Si antes pensar no era lo mismo que hablar o
escribir, ahora dicha diferencia ya no es significativa. A decir verdad, tal identidad
entre el signo y el pensamiento, entre la escritura y la idea, solo se logra bajo el
esquema de la mathesis universalis, bajo el sueño de un lenguaje tan universal y
transparente como el pensamiento. |
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