Lo absoluto y lo relativo: Aproximación hermenéutica

El artículo establece cuatro premisas: gnoseológica (el ser humano vive en contacto real con lo real, que se le muestra de dos tipos: lo finito y condicionado, que es por otro, por lo tanto, relativo; y lo infinito e incondicionado, que es por sí mismo, por lo tanto, absoluto); antropológica (el ser humano tiene una constitución "dual": corazón o centro personal, encarnado en "organismos": cuerpo, mundo síquico y cultura); ontológica (ser en plenitud es poseerse, pero la autoposesión del ser humano es mediada, no inmediata) y lingüística (el lenguaje humano tiene dos capacidades básicas: describir el mundo tal como se nos ofrece en nuestra experiencia intramundana o "denotación", y crear mundos nuevos mediante el uso del lenguaje descriptivo de manera metafórica: "connotación"). A partir de aquí se establece la tesis de que podemos hablar de lo absoluto, porque estamos obligados a tratar de comprender el contacto real que tenemos con lo real incondicionado. Pero nuestra comprensión de lo absoluto será siempre mediada, por lo tanto, indirecta, condicionada, relativa. Finalmente el artículo propone principios teológicos que permitan evitar tanto el absolutismo como el relativismo en la valoración del conocimiento humano: el Dios de Jesús que es Amor y, por ello, Trino (el Absoluto es, en sí mismo, relacional) y la Encarnación: el Hijo de Dios se ha hecho creatura relativa.

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Silva G,Sergio
Formato: Digital revista
Idioma:Spanish / Castilian
Publicado: Pontificia Universidad Católica de Chile. Facultad de Teología 2008
Acceso en línea:http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492008000100010
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Descripción
Sumario:El artículo establece cuatro premisas: gnoseológica (el ser humano vive en contacto real con lo real, que se le muestra de dos tipos: lo finito y condicionado, que es por otro, por lo tanto, relativo; y lo infinito e incondicionado, que es por sí mismo, por lo tanto, absoluto); antropológica (el ser humano tiene una constitución "dual": corazón o centro personal, encarnado en "organismos": cuerpo, mundo síquico y cultura); ontológica (ser en plenitud es poseerse, pero la autoposesión del ser humano es mediada, no inmediata) y lingüística (el lenguaje humano tiene dos capacidades básicas: describir el mundo tal como se nos ofrece en nuestra experiencia intramundana o "denotación", y crear mundos nuevos mediante el uso del lenguaje descriptivo de manera metafórica: "connotación"). A partir de aquí se establece la tesis de que podemos hablar de lo absoluto, porque estamos obligados a tratar de comprender el contacto real que tenemos con lo real incondicionado. Pero nuestra comprensión de lo absoluto será siempre mediada, por lo tanto, indirecta, condicionada, relativa. Finalmente el artículo propone principios teológicos que permitan evitar tanto el absolutismo como el relativismo en la valoración del conocimiento humano: el Dios de Jesús que es Amor y, por ello, Trino (el Absoluto es, en sí mismo, relacional) y la Encarnación: el Hijo de Dios se ha hecho creatura relativa.