Coyuntura macrosectorial, enero 2005.

Un informe del Banco Mundial relativo al comercio agrícola, titulado "Global Agricultural Trade and Developing Countries", señala que las políticas internas de apoyo y protección tienen considerables efectos negativos en los productores de los países en desarrollo y que la factibilidad de las reformas a nivel global dependerá del poder de los intereses creados y de la capacidad de los gobiernos para encontrar soluciones de compromiso eficientes entre numerosas metas, como la seguridad alimentaria, las transferencias de ingresos y la expansión del comercio de la gama de productos agrícolas de mayor valor agregado. "El crecimiento de la agricultura tiene un efecto extraordinariamente positivo en la reducción de la pobreza, porque más de la mitad de la población de los países en desarrollo vive en zonas rurales, y la mayor incidencia de la pobreza se da en esas zonas. Este informe muestra claramente que, si queremos ayudar a la población pobre de las zonas rurales, es necesario introducir reformas del comercio a nivel mundial y de una manera coordinada", afirmó el primer vicepresidente de la organización internacional. Según el estudio, el incremento de la productividad agrícola por parte de los países en desarrollo no se traducirá en una reducción de la pobreza, a menos que los países industrializados y algunos de ingreso mediano reduzcan la protección que mantienen a los productos agrícolas. Si ello no ocurre, el aumento de productividad en la agricultura gatillará una sobreproducción, con la consecuente reducción de los precios de muchos productos básicos, lo que a su vez perjudicará a los países pobres competitivos, orientados a ampliar sus exportaciones como vehículo para aumentar los ingresos en las zonas rurales. La conclusión a la que llegan es que la manera como se lleven a cabo las reformas incidirá en la reducción de la pobreza en las zonas rurales de los países en desarrollo, y que la liberalización de las actividades que agregan valor es fundamental para incrementar el empleo y las oportunidades de generación de ingresos fuera de las explotaciones agrícolas. El primero de enero de 2005 entró en vigencia una de las reformas fundamentales de la Política Agrícola Común de la Unión Europea, acordada en junio de 2003. Una decena de sus Estados miembros (Austria, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, Suecia y el Reino Unido) introdujeron el esquema denominado "una ayuda única por explotación", donde los agricultores reciben un subsidio independiente de su volumen de producción. Finlandia, Francia, Grecia, Holanda y España aplicarán el esquema en 2006, mientras que Malta y Eslovenia lo harán en 2007. Los demás nuevos miembros de la Unión Europea tienen plazo hasta el 2009 para acogerse al sistema. La reunión, en Suiza, de los bancos centrales del Grupo de los 10 (G-10), grupo de las potencias financieras internacionales, fue el escenario escogido por el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, para pronosticar que, a pesar de las preocupaciones por la debilidad del dólar, la economía mundial crecerá un 4% en este año. Los mercados financieros internacionales están inquietos por la apatía del gobierno estadounidense, que no parece interesado en intervenir para fortalecer el valor de su moneda, debido a la mayor competitividad para las exportaciones que se asocia a una unidad monetaria más débil. En otro lugar del planeta, Boca Ratón (Florida, Estados Unidos) se reunió el Grupo de los 7 (G7), los países más industrializados del mundo, e hicieron un llamado a estabilizar la relación euro-dólar. También el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, calificó como "verdaderamente excesivo" el déficit en cuenta corriente de Estados Unidos, que supera el 5% del PIB, y urgió a tomar medidas para evitar la volatilidad de los mercados financieros globalizados. En Chile, el Consejo del Banco Central resolvió en su reunión mensual de política monetaria aumentar la tasa de interés en 25 puntos base, dejándola en 2,5% anual. La decisión se basó en antecedentes que muestran cómo continúan verificándose las principales tendencias identificadas recientemente: una inflación acotada, una actividad crecientemente dinámica y un entorno internacional que se mantiene favorable. La actividad y el gasto interno mantienen un ritmo de crecimiento elevado; la inversión y las exportaciones siguen creciendo a tasas significativas; se aprecia un mayor dinamismo del empleo y de la fuerza de trabajo, y las expectativas privadas son auspiciosas. En ese contexto, la autoridad monetaria anunció que, en el escenario más probable, continuará reduciendo paulatinamente la expansividad monetaria, a fin de mantener una inflación en torno a 3% anual. Como consecuencia de los robustos déficit en cuenta corriente y fiscal de Estados Unidos, el dólar acentuó su caída frente a las principales monedas, particularmente el euro, generando un fortalecimiento del peso. El dólar observado alcanzó una cotización promedio de 576 pesos en diciembre, 4,4% menor que la del mismo mes del año anterior. La trayectoria del tipo de cambio tiene que ver también con el superávit de divisas en cuenta corriente y balanza comercial. A ello se suman el superávit fiscal y el bajo nivel de inflación, que, configuran una tendencia a la apreciación de nuestra moneda. El sector externo fue el motor del crecimiento en 2004. Las exportaciones aumentaron 54%, con un gran dinamismo de las de cobre, y las importaciones se incrementaron en 29%, con respecto al año anterior. La balanza comercial de productos silvoagropecuarios acumuló a noviembre un saldo positivo de 5.311 millones de dólares, como resultado de exportaciones por 6.783 millones de dólares e importaciones por 1.472 millones de dólares. Las importaciones de insumos para el sector silvoagropecuario aumentaron 32,4%, en tanto que las de maquinarias cayeron en un porcentaje algo superior, debido a que en el año 2003 se importaron las maquinarias para la planta de celulosa de Valdivia. La fuerza de trabajo agrícola experimentó un crecimiento superior a 20.000 personas, al comparar los trimestres septiembre - noviembre de 2004 y 2003, totalizando 782.400 personas. La desocupación afectó a 36.690, con lo cual la tasa de desempleo se ubicó en 4,7% de la fuerza laboral en la actividad agricultura, pesca y caza. 

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Bibliographic Details
Main Author: Gumucio A., María Amalia
Other Authors: Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa)
Format: Boletines biblioteca
Language:Español
Published: 2005-01-19
Subjects:INDICADORES ECONOMICOS, UNION EUROPEA, POLITICA AGRICOLA, POBREZA, POLITICA MONETARIA, COMERCIO EXTERIOR, FUERZA DE TRABAJO, DESEMPLEO,
Online Access:https://hdl.handle.net/20.500.12650/69427
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